PABLO DE TARSO HOY
Por: J. E. Chejin
En Buenos Aires, Dios, encarnado
en un camionero, arrolla a un hombre llamado Pablo que dice no creer en Dios ni
tener nada que ver con Pablo, el Apóstol. Pero el camionero insiste en ser Dios
mismo y trata de demostrárselo, y Pablo procura demostrarle su equivocación.
Después de redescubrirse, llegan a un punto en el que Dios le encomienda que
vuelva a escribir epístolas para orientar a sus ovejas, y él, Pablo,
ingenuamente, trata de hacerlo, fallando en escribir algo creíble para los
clericós argentinos que lo reciben.
Por ello desiste de las epístolas
y el camionero reaparece en su vida volviéndolo a arrollar. Después de evaluar
sus fracasos, le sugiere que escriba las epístolas reflejando el espíritu de
ayer en forma de novelas: “Es que las novelas la gente las lee una vez y no las
olvida jamás”, le dice el camionero. Entonces Pablo, que se hallaba trabajando
en Buenos Aires en aquel momento de repartidor de encomiendas en bicicleta,
después de compenetrarse con aquella ciudad y aquella cultura, escribe una epístola
a los argentinos, la cual es un cuento que titula:
Historias paralelas. Un cuento
sobre la compasión y la esperanza. Es una novela corta que versa sobre
el esfuerzo de una hermosa joven, humilde y madre adoptiva de diez niños
especiales, que trabaja con la esperanza de construir una empresa para ella y
sus hijos, y la de un joven y rico competidor que trabaja en un proyecto
semejante al de la chica y que busca desplazarla del mercado.
Tiempo después Pablo está trabajando
de mototaxista en Venezuela, transportando a un periodista reportero de la TV
que registraba los abusos de poder de la policía contra los manifestantes en
las calles de Caracas. Haciendo su trabajo recibe otra descarga de atropello
descomunal del camionero que, ante las protestas de Pablo por lo que le pasa,
le asegura: “No te preocupes, pues yo controlo la vida y la muerte”. En este
punto Dios le encomienda otra epístola novelada que Pablo escribe dirigida a los
venezolanos y a los cubanos, la cual titula:
Discriminación y mentira. Una
fabulación sobre Bolívar y San Martín. Es una historia en la que
Omarito, un oficial cubano destacado en Venezuela como edecán del Presidente,
descubre un complot entre La Habana y Caracas para inventar una historia, forjando
documentos que, con la letra de O’Leary, sobre el encuentro entre Bolívar y San
Martin en Perú, tenían el propósito de reflejar actitudes socialistas en ambos próceres.
A causa de esto sufre persecución y encarcelamiento, ante lo cual la novia venezolana
de Omarito inicia una campaña para su liberación, huye a Colombia e internacionaliza
la noticia del fraude mostrando a la prensa las pruebas forjadas que lo llevaron
a prisión.
Finalmente, Pablo, tiempo
después, se ve obligado a emigrar y reaparece trabajando de courier en
bicicleta en Nueva York. En la Sexta Avenida cree haber visto al camionero
conduciendo un camión de UPS y en su bici persigue al vehículo hasta la calle
48, resultando ser otro el conductor. Temeroso de que el camionero estuviese merodeando
por allí, se refugia en la iglesia de San Patricio, lugar sagrado donde no podría
ocurrir otra colisión. Se confiesa con un sacerdote rebelándole que es Pablo el
Apóstol. El sacerdote en el confesionario se muestra indulgente pensando que es
un desadaptado y, para demostrárselo, le hace unas preguntas sobre San Pablo
que cualquiera no podría responder. Pero se las responde correctamente y el
sacerdote lo despide diciéndole: “Puedes irte, hijo, no encuentro pecado en
ti”. Pablo sigue en su trabajo y, atravesando en su bici Central Park, el
camionero reaparece en su vida arroyándolo aparatosamente. Luego de discutir,
le encomienda que después de visualizar la vida de los neoyorquinos, escriba
una novela dedicada a ellos. Pablo cumple su cometido y escribe la última de
sus epístolas, que fue un cuento de Navidad y que llamó:
Un día feliz. Un cuento de
Navidad. Un locutor de radio tiene un programa en una estación de Brooklyn,
Nueva York, llamado Un día feliz y que tiene el propósito de llamar la atención
y la colaboración de la comunidad para que contribuya a hacerle la vida mejor a
uno de los radioescuchas que llame y exponga un problema personal digno de
aquel auxilio. En una emisión recibe sorpresivamente la llamada de una niña que
dice tener cuatro años, que está enferma y además sabe, porque escucha a sus padres
hablando y llorando, que va a morir. Su petición es que quiere vivir hasta que ocurra
el día de Navidad. Es una historia de solidaridad y de amor en la que los neoyorquinos,
a medida que se enteran por la misma radio y por la televisión, comienzan a
sumar esfuerzos, y entre ellos las autoridades religiosas, el rabino de la ciudad,
el obispo, y el imam junto al pastor protestante, se unen fraternalmente con la
población, en la búsqueda de un milagro que le dé vida a la niña hasta el día
de Navidad y así pueda tener un día feliz.
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