Comentarios literarios de J.E. Chejin

Comentario de J.E. Chejin sobre la novela“Memoria de mis putas tristes” de Gabriel García Márquez.

El personaje es el Yo Universal y hasta existencial del autor. Un yo centrado en el cuerpo y un yo diluido en el ambiente de su vida cotidiana, lo cual se refleja en la minuciosa implicación del medio en la existencia del hombre.

Es un estado de conciencia de quien se enfrenta a la desventajosa situación de competir fuera de forma en un terreno donde antes era sobresaliente, soportando la frustración y el miedo de cotejar sus capacidades y deseo interior de amar con las limitaciones del cuerpo envejecido.

Es el reflejo reivindicador del amor que sorprende con sus visos inocentes, el alma enclaustrada por las costumbres y los prejuicios, haciendo fácil y hasta cómico el final del camino hasta llegar a la muerte.

Las mujeres de este libro, son el amor posible, que no se niega, y por el cual, quizás, como putas, estaban simbolizados. Pero en esencia Delgadina es el amor inocente y puro hasta el punto que no se niega y que es posible, redimiendo el alma desenfrenada de quien la ama.

El autor hace confluir en la madurez de su vida y de su obra, y al final de la historia: que el amor puro y virginal consigue su camino y se entrega pleno al amor corto, el cual parece pertenecer legítimamente.

Para todo ello, el escritor a maximizado las variables. Nuestro actor masculino, es de noventa, una edad cuestionable para amar, para amar sexualmente, para tener la habilidad de sostener una relación sexual, una edad socialmente cuestionable para iniciar una relación con una mujer. Con una mujer joven, no sólo joven, adolescente, en la etapa de transición entre la niñez y la pubertad, con las primeras manifestaciones de sus signos sexuales.

Es una relación cuestionable por las distancias de la edad, por la mucha inocencia y la mucha experiencia de los actores. Por una chica, que socialmente no sabría que hacer y un anciano socialmente enfermo por el placer. Entonces, el personaje central, el amor, los redime. Como todo acto sentimental legítimo los sorprende y finalmente los conjuga en un solo ser: están enamorados. 

▪J.E. Chejin.