El Rey Chocolate


EL REY CHOCOLATE


Por: J. E. Chejin

 Sinopsis.


Marlon corre en su Mini Cooper por las calles de Londres en busca del Club de Caballeros de St.-James Square, donde espera encontrar a Eliot Burch, el hombre más viejo del mundo según Guinness. Llega al club junto a decenas de otros reporteros ansiosos de entrevistar a Eliot, quien les cuenta su fascinante historia de cómo llegó a vivir tanto tiempo hasta tener más de 170 años.

La aventura que les narró comenzó en 1845, cuando Eliot y su prima Carol, ambos de seis años de edad, y su hermano Charlie, de 14, vivían junto a sus padres y abuelos paternos en la Bakery Street del Condado del Puerto de Londres. El abuelo, el capitán Marcus Burch, en sintonía con su época, era de espíritu emprendedor y explorador y había inventado una nave que le permitiría realizar un viaje al mundo de los sueños, más allá del tiempo. En su empresa nombró a su nieto Charlie albacea de sus ideas cuando fue a exponer su proyecto en la Royal Society.

Eliot y Carol se interesaron en aquella empresa y, con la ayuda de Reyjan, el mayordomo de la casa, espiaban todo el plan de aquella aventura. El abuelo Marcus no dejaba conocer la totalidad de los propósitos que perseguía con aquella nave, pero un plagiario, Sir Thomas, se involucra en el proyecto de robarle su idea para ganar fama y notoriedad social.

Llegó el día en que los padres de Eliot y Carol, junto a su hermano Charlie, partieron hacia la India para desarrollar nuevas empresas familiares y los dos niños quedaron al cuidado de los abuelos, del mayordomo y de dos institutrices que se encargarían de su educación. La partida de los padres fue dolorosa, pero todo se agravaba para los chicos porque el abuelo Marcus y Reyjan, el mayordomo, partirían en la nave junto a una tripulación hacia el mundo de los sueños.

Desesperados, los chicos trazaron un plan y lograron embarcarse como polizones en la nave, consiguiendo junto a todos los tripulantes traspasar la barrera del tiempo y viajar al pasado, llegando al reino maya de Tikal, mil años atrás de su momento histórico, donde gobernaba Ha Cacao, conocido como el Rey Chocolate.
Los viajeros fueron capturados como sospechosos de ser espías y se salvaron de ser decapitados porque los chicos eran de cabellera roja, y para los mayas aquello significaba ser hijos del dios Sol.

El Rey Chocolate tenía tres hijas princesas y un hijo heredero, el príncipe Yikin. Las princesas tomaron bajo su cuidado a los chicos y los educaron en sus costumbres y en el idioma maya. Igualmente, los demás tripulantes se involucraron en la vida de los guerreros mayas, quienes continuamente estaban batallando con los reinos de las ciudades vecinas.
Durante una expedición, Eliot, que estaba siendo entrenado como guerrero en el uso del arco y las flechas, participó en una batalla y logró con una de sus saetas salvar la vida del príncipe Yikin.

El Rey Chocolate, junto al consejo de nobles de la ciudad, nombró a Eliot príncipe, y a Carol, princesa, en recompensa por su desempeño en la batalla. Pero las guerras continuaron porque era la forma de vida de aquellas culturas.

El abuelo estaba alarmado por la vida belicosa de los mayas, quería regresar al futuro y escapar de una vida continuamente peligrosa para volver con su familia. Pero la nave estaba averiada, y Sir Thomas, quien lo persiguió hasta el pasado con una imitación de su nave, les robó el casco de la embarcación con la ayuda de los guerreros de una ciudad rival.

Mientras tanto, en el Londres del futuro, Charlie se había graduado de ingeniero, y por los años transcurridos desde la partida de los expedicionarios, la abuela, afligida por la ausencia de sus familiares, le pidió a Charlie que reeditara el viaje y fuese en su búsqueda.
Charlie cumplió su cometido con la ayuda y la asesoría de varios expertos, entre ellos la de un inventor de la época, Brunnel, y los consejos de un visionario amigo del abuelo Marcus, el señor Jules Verne, a quien había conocido en París.

Charlie, después de construir su embarcación y formar una tripulación de aventureros, logró viajar al pasado hasta el reino de Tikal y consiguió, tras vivir peligrosas aventuras, a sus familiares. Pero, para aquellos, el tiempo no había transcurrido igual. Los chicos seguían siendo unos niños, mientras que él se había convertido en un hombre en el futuro del que provenía. Después de aquellos episodios en su mayoría de guerras, Charlie se enamoró de una princesa de Calakmul, que era el principal de los reinos enemigos de Tikal. A su vez las tres princesas hijas del Rey Chocolate se enamorarían de tres príncipes de Calakmul, a quienes conocieron en encuentros fortuitos, con lo cual se generaron grandes conflictos y confrontaciones.

El abuelo Marcus seguía empeñado en volver al futuro, pero los jóvenes enamorados, pertenecientes a la nobleza de los reinos enemigos, deciden no partir, entre ellos Charlie, quien prefiere junto a su princesa emigrar a una región sin guerras que podría estar en el centro de la Tierra o en las estrellas, hasta esperar un cambio de conciencia entre las personas, que los aproximaría a regresar en el año 2012, final del ciclo que según los mayas era el final de los tiempos y para ellos el inicio de una nueva conciencia.
El príncipe Eliot participa en otras batallas en defensa de Tikal, los niños de la ciudad lo acompañan en la guerra con sus saetas, saliendo victoriosos en la lucha contra los guerreros de Caracol, otro reino rival.

Finalmente, cuando decidieron partir hacia el futuro en la nave de Charlie, el Rey Chocolate y todos los habitantes de Tikal les dieron una calurosa y emotiva despedida que quedó grabada en las fotografías que uno de los tripulantes de la nave tomó antes de la partida.
Un difícil viaje de regreso los trajo hasta el futuro, llegando en uno de los momentos más críticos para la humanidad, en 1945, cuando Londres estaba siendo bombardeado. Era un mundo desconocido para aquellos habitantes que habían partido en el siglo XIX y al que tuvieron que adaptarse para sobrevivir y así poder llegar hasta el presente, explicando por qué Eliot era el hombre más viejo del mundo.

En el presente, después de una noche de cuentos, Eliot terminó de contarles la historia a Marlon y a los reporteros que lo habían entrevistado en el Club de Caballeros de St.-James Square, les habló de que vivía con la esperanza de volver a ver a su hermano Charlie, quien partió con la ilusión de regresar al planeta en el 2012, y les mostró las pruebas de aquella aventura de un pasado glorioso que les tocó vivir.

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